Compartimos el reportaje de Interferencia: «Escándalo mundial: historiadora revela red de secuestro y adopción ilegal de dictadura de Pinochet y políticos nazis suecos»

Compartimos el reportaje de Interferencia: «Escándalo mundial: historiadora revela red de secuestro y adopción ilegal de dictadura de Pinochet y políticos nazis suecos»

A continuación compartimos reportaje que destaca la labor desarrollada por la historiadora Karen Alfaro, quien además es coordinadora zonal sur de la Red de Historiadoras Feministas:

«En un reportaje publicado ayer, el medio sueco Dagens Nyheter (en español, Noticias de Hoy) dio cuenta de una red ilegal de secuestro y adopción de niños chilenos durante la dictadura de Augusto Pinochet, la cual mediante la ayuda de una asociación de ultraderecha –dirigida por políticos nazistas– conseguía que el Centro de Adopción de la Sociedad Sueca para el Bienestar Internacional del Niño entregara información positiva sobre el régimen chileno a las familias que buscaban adoptar.

La investigación de Dagens Nyheter (DN), uno de los principales diarios de Suecia, se basa en los hallazgos y en la documentación levantada por la doctora en historia y académica de la Universidad Austral, Karen Alfaro, y del profesor de historia y estudiante de doctorado de la Universidad de Barcelona, José Luis Morales. Los investigadores realizaron una revisión de “documentación diplomática correspondiente a la Embajada chilena en Suecia” durante el periodo, además de archivos del “Fondo Suecia del Archivo General Histórico del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile” y del “Fondo del Ministerio de Justicia del Archivo Nacional de la Administración”; entre otras fuentes de información”. (Revise acá el artículo académico de Alfaro y Morales).

En Suecia, la ministra de Asuntos Sociales, Lena Hallengren, anunció que se llevará a cabo una investigación a nivel nacional para verificar posibles «irregularidades» en las adopciones. 

Alfaro explicó a INTERFERENCIA que la Sociedad Suecia-Chile fue la entidad encargada de “generar la campaña pro-dictadura”, actuando como puente entre el régimen de Pinochet y el Centro Sueco de Adopción. DN describe esta organización como “extremista de derecha”, siendo su director un miembro importante en el partido sueco “pro-Nazi”, Unión Nacional, y su secretario en aquel entonces activista dentro del movimiento fascista Nueva Suecia.

Ulf Hamacher, de acuerdo con Alfaro, fue uno de los líderes de la Sociedad Suecia-Chile, un reconocido fascista sueco que en la siguiente fotografía fue retratado haciendo el saludo hitleriano.

“La junta militar en Chile utilizó la adopción internacional a Suecia en una campaña de influencia política”, explica DN en su reportaje. Sin embargo, la ola de adopciones no se daría hasta adentrada la dictadura cívico militar chilena, siendo un momento político clave para propiciar la red la caída en 1975 del primer ministro social demócrata Olof Palme. (Revise acá el reportaje de DN en sueco).

La llegada de un nuevo gobierno con tendencia hacia la centro derecha, según correspondencia analizada primero por Alfaro y luego por DN, significaría la presencia de “amigos” de la dictadura chilena en el Ejecutivo sueco. “Juntos, el cónsul chileno [en el país nórdico] y el Comité Chile-Suecia trabajaron ‘con gran cuidado para no levantar sospechas’”, realizando una campaña para promocionar una imagen más favorable de la dictadura y utilizando como “mercancía” la adopción de niños chilenos, dando una sensación de “humanidad” al mundo. “Una de las mercancías que forzaría las relaciones diplomáticas entre los países: niños en adopción”, detallan.

En total, DN contabilizó al menos 2.100 adopciones, siendo una parte menor de los menores adoptados durante la política humanitaria del primer ministro Olof Palme, y cerca de 1700 correspondientes a la red de Pinochet y la ultraderecha sueca.

La adopción irregular de niños chilenos durante la dictadura se encuentra bajo investigación judicial desde el 2018, a cargo del juez especialista en causas de derechos humanos, Mario Carroza. Tanto el estudio de Alfaro como diversas investigaciones periodísticas –entre ellas, una tesis desarrollada por la periodista Ana María Olivares el año 2004 y que la académica destaca– han aportado a la realización de una investigación profunda en esta materia.

El estudio chileno de Karen Alfaro y José Luis Morales

Titulado Niños y niñas chilenos adoptados por familias suecas. Proximidad diplomática en tiempos de Guerra Fría (1973-1990), el artículo académico de Alfaro y Morales propone como hipótesis que “la adopción transnacional de niños y niñas chilenos pobres a Suecia fue valorada por la dictadura militar como un mecanismo de proximidad diplomática y política, pues permitía establecer vínculos con instituciones y sectores de extrema derecha”.

Lo anterior tenía como fin «generar alianzas políticas para frenar la llamada ‘campaña antichilena’, liderada principalmente por la comunidad de exiliados chilenos que denunciaron las violaciones a los derechos humanos cometidas por la dictadura militar”, se explica.

Dicha alianza, previo al golpe militar de Pinochet, ya existía con el país nórdico, según el texto académico. El gobierno del primer ministro que estuvo en el poder desde el ’69, Sven Olof Joachim Palme, “se caracterizó por un acercamiento a los países del tercer mundo, como Chile durante el gobierno de Salvador Allende, además de brindarles ayuda humanitaria y contribuir a la cooperación internacional”. Es bajo este contexto inicial que “el Gobierno sueco condenó la guerra de Vietnam, la dictadura de Franco y posteriormente la dictadura de Pinochet, entre otros regímenes políticos”.

Misma línea siguió el embajador sueco en Chile, Harald Edelstam, “quien desempeñó un papel central durante la dictadura militar para salvar la vida de cientos de chilenas y chilenos a quienes facilitó el asilo y las condiciones para exiliarse”. Dicho papel le valió a Edelstam a ser considerado por la dictadura “persona ‘no grata’ y a que tuviera que salir del país”, situación que gatillaría que Suecia no nombrara “a otro embajador en Chile hasta el retorno a la democracia en 1991”.

Bajo este marco y “con el objetivo de contrarrestar la ‘campaña antichilena’” presente en el país nórdico, “el régimen militar se dispuso a desarrollar en Suecia un plan para mejorar la imagen país, lo que fue posible mediante el vínculo con sectores de extrema derecha, empresarios y fundaciones suecas integradas por sectores conservadores”.

Así se da origen a la Sociedad Suecia-Chile, “que colaboró con el régimen militar, por medio de propaganda política y de la entrega de información sobre las actividades desarrolladas por los exiliados chilenos”, explican Alfaro y Morales en el artículo. La consecuencia de esta alianza sería decisiva “para las relaciones diplomáticas entre ambos países y para la conexión que estableció la dictadura con el Centro Sueco de Adopción”; cuyo sistema de adopciones de niños chilenos bajo dictadura en un principio no resultaba conveniente para Pinochet.

Comunicaciones reservadas a las que los investigadores accedieron entre Odlanier Mena, entonces director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) con la ministra de Justicia de aquella época, Mónica Madariaga, dio cuenta del efecto que estaría teniendo la adopción de niños en la opinión pública previo al aparataje propagandístico montado por la dictadura y la Sociedad Suecia-Chile.

“Se tiene indicios que en Chile se están adoptando menores por parte de extranjeros, los que posteriormente son llevados fuera del país, con una frecuencia inusitada. Aparte de las posibles implicancias de carácter político que estos hechos pudieron tener, existe la posibilidad que se esté ante un tráfico humano”, asegura Mena a Madariaga según los registros.

La postura del régimen dictatorial frente a la adopción de niños chilenos cambiaría luego de las gestiones del cónsul del régimen, Ricardo Benavente Holley, quien de la mano con la Sociedad Suecia-Chile consiguió la entrega de folletos y documentos que daban una imagen positiva de Chile a familias adoptivas.

“No existen cifras oficiales en Chile del total de niños que llegaron a Suecia con fines de adopción”: las conclusiones del artículo

“Estas adopciones funcionaron, en un primer momento, de manera irregular en el periodo 1973-1977 y se asociaron principalmente a la ayuda humanitaria, producto de la difícil situación de la niñez chilena”, se explica en las conclusiones del artículo académico.

“Lo anterior contribuyó a fomentar la llamada campaña antichilena en Suecia y alertó a los militares con respecto al alcance político que del tratamiento de la infancia se proyectaba en el exterior”, cuestión que sería revertida entre 1978 y 1988, cuando “las adopciones pasaron a ser aceptadas por el régimen y su regularización y promoción se transformaron en estrategias diplomáticas y políticas para limar asperezas con Suecia y así mejorar su imagen en el exterior”.

En esa línea, los autores destacan “que no existen cifras oficiales en Chile del total de niños y niñas que llegaron a Suecia con fines de adopción”, siendo “muchos de estos casos adopciones forzadas de niños y niñas pobres, desarrolladas a partir del uso del poder cívico-militar, que regulaba el cuidado de la infancia e inhabilitaba judicialmente a madres solteras y familias para ejercer el cuidado de sus hijos o hijas.

Es por esto que Alfaro destacó a esta redacción la importancia de que estos hallazgos sean publicados, “ya que permite que se puedan reconocer personas en estas historias y así ver si tienen orígenes biológicos en Chile”.

Sobre la motivación detrás de su trabajo, Karen Alfaro indicó que “busca generar justicia, reparación y comprensión a las víctimas; fundamentalmente madres de sectores populares, niñas muchas de ellas, desde 14 años en adelante”.»

 

Disponible en https://interferencia.cl/articulos/escandalo-mundial-historiadora-revela-red-de-secuestro-y-adopcion-ilegal-de-dictadura-de?fbclid=IwAR25haekduZvn8afyPjbN6Kn4ifDB80-XCqX6b7DuljBGdn6VMCeDe7hFW8